sábado, 8 de junio de 2013

El drama del monumento al coronel Francisco Bolognesi

La siguiente es una publicación del mag. Virgilio Freddy Cabanillas, historiador y docente de la UNMSM y especialista en Historia del Arte. Con motivo de la conmemoriación de la toma del morro de Arica, compartimos esta versión del texto del 8 de junio de 2013.

Al recordar la heroica gesta del Cnel. Bolognesi y sus soldados en el morro de Arica, me parece urgente iniciar -otra vez- una campaña para salvar el monumento a nuestro héroe nacional.

En el daño a esta escultura se combinan el atentado directo con el abandono más escandaloso. La obra de Agustín Querol (español) fue inaugurada en 1905, pero la estatua principal fue cambiada en 1954 por otra del escultor peruano Artemio Ocaña. La extraordinaria pieza original de Querol se conserva en la Fortaleza del Real Felipe.

El monumento a Bolognesi es un grave caso de mutilación de esculturas públicas. Hace varios años fue cortado el sable de uno de los soldados de la parte inferior del monumento (el abanderado). También está mutilado el fusil de otro de los soldados. Hemos denunciado esto desde el año 2001 y hasta ahora nadie hace nada.

El atentado distorsionador consiste en lo siguiente: el pilar de granito que sirve de eje al monumento fue pintado de un extraño color verde pálido y la base del monumento de negro. Esto no es reciente pero -hasta donde sabemos- nadie se ha pronunciado.

El capitel y dos figuras alegóricas están pintados de blanco, pero suponemos que son de mármol (así lo dice Basadre, Historia de la República). Habría que hacer un trabajo cuidadoso para eliminar los agregados inútiles.

De esta manera el diálogo entre el granito, el mármol y el bronce se ha estropeado, por esa razón el monumento ha perdido su contundencia y originalidad. Grave, realmente grave.

Debería existir una sanción ejemplar contra los funcionarios responsables del daño a los monumentos, sea por descuido, sea por intervenciones desafortunadas. Por ejemplo, las autoridades deben entender que los cambios de color -les encanta el dorado- o de pedestal, sin consultar a los escultores, son faltas de respeto a la labor creativa de los artistas. El diseño original debe ser considerado intangible.

Pero hay más. El olor pestilente que tiene el monumento se debe a la casi media docena de gatos que viven -y hacen sus necesidades- entre las figuras escultóricas. Hemos observado que a horas avanzadas -10 a 11 p.m.- hay personas que arrojan comida al monumento para alimentar a los animalitos. Por eso no se van de este refugio.

El entorno arquitectónico es casi tan bello como la Plaza Dos de Mayo. Aquí también la suciedad y el caos campean por todas partes, sobre todo en las noches. Una importante sección de pared -que mira a la Av. Arica- se derrumbó hace varios años y las autoridades no se dan por enteradas. Por esa razón la vista de esta zona de la ciudad es horrible.

Hay que agregar que en esta plaza se cambió el color característico -amarillo pálido- que lucieron los edificios durante décadas. Primero le dieron un matiz ladrillo y posteriormente fueron pintados de anaranjado. Lo mismo pasó con la arquitectura de la Plaza Dos de Mayo, a alguien se le ocurrió pintar los edificios de azul, eliminando el matiz ladrillo que por décadas identificó a este conjunto monumental. Es necesaria una investigación para determinar los verdaderos colores de las plazas Dos de Mayo y Bolognesi. Hay que recuperar su autenticidad.

En cuanto a la escultura original de Querol -Fortaleza del Real Felipe- muestra al héroe herido de muerte, ensimismado en su sacrifico consciente, abrazando la bandera y sin soltar el revólver con el que ha disparado el último cartucho. Es una espléndida obra de arte incomprendida desde los tiempos de Gonzales Prada (“Nuestras glorificaciones”. En Horas de lucha). Los responsables de la fortaleza la tuvieron por años en un rincón, luego la colocaron en la explanada principal donde se lució poco tiempo en todo su esplendor. Sin embargo, la devolvieron al rincón para colocar en mejor posición una mala copia de la escultura de Ocaña, hecha en material deleznable. Triple falta de respeto:

a) Al héroe: por colocar una estatua de mala calidad.
b) Al genial Querol: hasta ahora no comprenden la belleza de su obra de arte.
c) Al maestro Ocaña, ya difunto: por copiarlo sin su consentimiento.

Este año, como siempre, se rindió homenaje a los héroes de Arica en la Plaza Bolognesi. Y una vez más, a nadie le importó que el monumento esté groseramente alterado por manos filisteas.



Virgilio Freddy Cabanillas

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